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Kibuka Goya
Critica
Kibuka Goya

Kibuka

Una amiga me recomienda este restaurante japonés de Gracia y, como suelo coincidir con ella en lo que a gastronomía se refiere, decido acercarme. Lo primero que me sorprende del Kibuka es que su aspecto no tiene nada que ver con los restaurantes japoneses a los que estoy acostumbrada. El techo, de vigas, los camareros atienden en castellano porque la mayoría son argentinos y los 3 sushiman que se mueven detrás de la barra, tienen de japoneses lo que yo de top model. Eso sí, en la frente llevan el típico pañuelo que hiciera famoso el señor Miyagi en Karate Kid, aquel que le pedía a Daniel Son que diera cera y después la puliera. Pues bien, éste es el panorama que me encuentro cuando a las 22:30 horas atravieso las puertas del susodicho restaurante después de haber sorteado grupos de amigos y algunas parejitas que aguardan en la calle. El bullicio de dentro y la cola que se ha formado afuera me hacen pensar que tal vez el personal andará un poco nervioso, histérico quizás, pero nada más lejos de la realidad. Una sonrisa por aquí y otra por allá. “Tienen para 45 minutos aunque si quieren ubicarse en la barra, podrían hacerlo ya”, nos dice el encargado que también es argentino. Nos miramos y decidimos sentarnos en la barra, desde donde vemos cómo trabajan los sushimen, que al final resulta que son tan brasileños como Ronaldinho, y comprobamos que, aunque aquí se trabaje a tope, las buenas maneras y la simpatía no se pierden nunca. Nos atiende una camarera que pone el toque oriental al establecimiento porque es el único miembro visible del personal con los ojos rasgados. Nos pasa una carta plastificada de esas que exhiben platos por delante y por detrás y descubrimos entonces un sinfín de propuestas que van desde makis con carne, con pollo, con queso, con mayonesa, vegetarianos, con cangrejo, con o sin picante, a los rollitos japoneses más clásicos. Las combinaciones que elaboran son originales, divertidas y aptas tanto para aquellos paladares que gustan de la comida japonesa auténtica cien por cien, como para aquellos que no pueden con el pescado crudo. Precisamente aquí debe de estar la clave de su evidente éxito -hora después de sentarnos en la barra, todavía sigue entrando gente. Nuestra elección incluye Spicy Maguro Tempura, una especie de atún picante rodeado de una alga rebozada y Ebi Tempura Uramaki, que lleva cangrejo en tempura, huevas de pescado alrededor y mayonesa, impresionante. Continuamos con el Salmón Skin-Uramaki, un rollito hecho con salmón ahumado y piel de ese mismo pescado a modo de relleno y una abundante ensalada de algas (hay de dos tipos) con una salsa que no te cansarías de echar encima. Acompañamos nuestra comida con un crianza de las bodegas Ramón Bilbao, ya que el Protos Crianza que anunciaban no se correspondía. Todo, 30 euros por cabeza. La valoración final no puede ser más que muy positiva, sobre todo después de comprobar la muy correcta relación calidad-precio. Sólo puedo reprochar que la carta de vinos no se correspondiera con lo que se sirve. Ver restaurante

La Clara
8 / 10 Critica
La Clara

La Clara

El letrero de La Clara reza un escueto “Bar-Tapas-Restaurante” que no engaña a nadie. Nada más entrar me topo con una barra de bar, concurrida y agitada, que paso de largo como si no tuviera nada que ver con el restaurante. El local tiene forma de herradura, así que en cuanto llego al fondo del pasillo, donde la gente charla animadamente mientras engulle algunas tapas, un leve giro me transporta a la parte que realmente me interesa, el restaurante. Está decorado en tonos blancos y negros y un gran espejo preside la pared más grande. También veo una pantalla de televisión. Se nota que es nuevo, o por lo menos que ha sido renovado totalmente hace muy poco y, aunque noto que los dueños han querido impregnarlo de diseño y líneas modernas, a mí me sigue resultando tan acogedor como La Clara de l’Ou, el restaurante que anteriormente ocupaba estas paredes. Sin duda acogedor a la vez que elegante.Por una vez en la vida no me cuesta apenas planificarme la comida. La carta no es muy larga y el milhojas de foie con huevo frito me está llamando a gritos desde que lo he visto. En cambio, la carta de vinos es súper completa. ¡Parece un libro! Ahí voy a tener más problemas. Tomaré el magret de pato con frutos rojos de segundo así que optaré por un tinto joven para acompañarlo. Para ir abriendo boca, pido una ración de pan de coca con tomate, un clásico que no suele fallarme. Me lo traen ipso-facto –confieso que el servicio es de los más rápidos que he visto últimamente –. Supongo que lo de servir tapas rápidas en la sala de al lado influye en el resto de la cocina. Es mi primer contacto con la comida de hoy y sin duda muy acertado. El pan de coca está buenísimo y me recuerda el que probé hace unos días en el Paco Meralgo.Enseguida tengo ante mí el milhojas de foie con huevo frito, o al menos eso me asegura el camarero cuando le pregunto y es que lo que ven mis ojos es algo más parecido al Big Mac de un McDonald’s. Desde luego no tiene el aspecto que me había imaginado pero, como se suele decir: “las apariencias engañan” y esta vez he caído en la trampa. En cuanto le doy el primer mordisco respiro tranquilo: ¡está riquísimo y mi plato queda limpio en menos de cinco minutos!La espera del magret me tiene en vilo. Me preparo para un nuevo choque visual pero, como ya he comentado, el servicio es rápido en La Clara y tampoco tengo tiempo de darle muchas vueltas al asunto. Cuando me sirven el magret compruebo, aliviado, que tiene aspecto de magret y viene acompañado de manzana. Está bueno. Quizá le falta espíritu pero es correcto.Tengo un poco de prisa así que decido saltarme los postres y voy directamente al café mientras intento valorar la experiencia. Cocina correcta a un precio correcto. Pero quiero dejar claro que La Clara no me parece para nada un restaurante más. Creo que es sin duda un lugar a tener en cuenta y donde se puede comer muy a gusto por un precio más que adecuado. Está a un paso de ser un lugar de referencia y para mí es cien por cien recomendable.

Bambarol
8 / 10 Critica
Bambarol

De lo mejor de Barcelona en cuanto a relación calidad - precio.

Bambarol es un restaurante de mis preferidos que abrió sus puertas en Bcn en 2013. Desde sus inicios, tuvo muchísimo éxito. Los chefs son los dueños del restaurante, y son ex – jefes de cocina del Saüc Ferrán Maicas y Albert Ferrer. El concepto de la cocina de Bambarol, son tapas y platillos con un toque diferente, con una buenísima relación calidad precio. Para mí, de las mejores de Barcelona! El local de Bambarol es lo más flojo que tiene. No es que sea feo, es nuevo, pero está decorado con poco gusto, la verdad. El servicio de Bambarol es muy bueno, los camareros super simpáticos y divertidos, cada día te cantan los platos del día y repasan contigo la carta. La carta cambia bastante, según la temporada. ESTÁ TODO DE MUERTE!!!!!!!!! Yo he ido mil veces, os pongo aqui los platos que más me gustan y que suelen estar fijos en la carta: Tataki de salmón con aguacate: muuuy bien hecho.Ensaladilla rusa bestial, con el atún aparte, de mucha calidad.Tarta de queso riquísima! : esponjosa, ligera y con mucho sabor.